martes, 30 de diciembre de 2008
TOR
Siempre que se fuga se le ve caminando calle arriba, todo orgullos de la hazaña.
La abuela Lucía, que pasea con Luz, su cachorro caniche, lo ve venir a lo lejos, y como le conoce, intenta con trabajoso ahínco coger en brazos a su perrito al tiempo que azuza al can para que se aleje de su querido caniche.
Tiene muy malas pulgas este perro.
Tor es famoso en el barrio. Cada vez que se escapa hace alguna trastada, si es que se le puede llamar trastada a partir en dos de un bocado a un pequeño yorkshire.
No hace mucho, casi se desangra. Regresó a casa herido en una pata con una gran hemorragia. El viejo Matías, asustado, se lo llevó al veterinario en una carretilla de obra.
Los dos se salvaron.
sábado, 27 de diciembre de 2008
Por y para Carlos
EL VIDRIO
Ya queda poco para la hora de las visitas. Me apetece, pero hoy estoy especialmente cansado, aunque me encanta verles a través del vidrio siempre sonriendo, expectantes, y con sus caras iluminadas por la esperanza. Si hay suerte, vendrá a verme alguno de mis sobrinos. Disfruto viendo en sus ojos esa mirada inocente y picarona que tanto me gusta. La verdad es que en cada una de esas miradas veo tanto cariño, tanta ternura y una capacidad de amor tan grande, que me hace sentir arropado en todo momento, dándome fuerzas para seguir luchando.
Después de un año ingresado en este hospital, pronto me darán el alta. Me ha dicho el doctor que con un poco de suerte, si todo va como se espera, en una semana me iré a casa. Ha sido muy duro estar tanto tiempo enclaustrado en la burbuja, sería genial salir ya por fin.
Dentro de un mes vienen Los Scorpions a dar un concierto y no me gustaría perdérmelo. A mi madre también le hace ilusión que vaya, ha prometido que si me porto bien podré ir. Ella se preocupa mucho, tiene miedo de que no supere esta enfermedad como le ha pasado a otros compañeros de planta, siempre se deprime cuando esto pasa. Se enfada conmigo cuando no me tomo la medicación, pero es que hay veces que no puedo, no me entra ni el vaso de agua para tomármela. Debería esforzarme más, lo sé. Sobre todo por ella, porque está padeciendo por mí, por mi culpa. También mi padre y mis hermanos lo pasan mal al verme así, que por mucho que quieran disimularlo veo la inquietud en sus miradas.
Rosa, por su forma de ser, se desvive, siempre pendiente de que no me falte de nada. Y Ana, pobrecilla, con lo aprensiva que siempre ha sido con las agujas, le tocó ser la donante de médula; ella era la más adecuada y realmente soy consciente del esfuerzo que le ha supuesto y lo doloroso que le resultó, siempre le estaré agradecido.
Hoy estoy cansado, muy cansado y me cuesta respirar; creo que tengo mucha fiebre. He notado que las enfermeras andan un tanto nerviosas y han llamado a mi doctor a pesar de que ya pasó la ronda de visitas. Es extraño que hayan dejado entrar a mi madre. Me da muchos besos y me dice que luche, que pelee, que aún tengo mucho que hacer y he de ir a ese concierto. Pero estoy muy cansado, demasiado cansado para más luchas. No quiero seguir, no puedo más, tengo mucho sueño.
Adiós mamá, adiós papá, adiós mis queridos hermanos. Sé que estáis ahí, detrás de ese vidrio que se me antoja como el lienzo de una fotografía familiar, de mi familia, la más hermosa que haya podido tener nadie; la mejor visión que puedo llevar conmigo allá donde vaya. Gracias por todo, os quiero, sé que siempre estaré en vuestros corazones.
sábado, 13 de diciembre de 2008
MUROS
A veces pienso que debería tomar una de esas puertas. Sobre todo cuando me siento débil y estoy cansada o harta de ver siempre las mismas piedras. Pero lucho conmigo misma espantando mis temores y apatías, e intento evitar la tentación de utilizar una de esas salidas.
Otras veces camino con esperanza, mejor dicho, con la certeza de que al final, ese camino entre piedras se abrirá para dar paso a un paisaje abierto, lleno de luz y colorido, oxigenado con felicidad, y sobre todo, plagado de sabiduría.
domingo, 21 de septiembre de 2008
LA PRINCESA
Estaba amaneciendo ya cuando regresaba a puerto con
Ya divisaba a lo lejos la luz del faro reflejada en su mirada serena, leída de experiencias, empachada de soledad.
En compañía de
Han sido muchos años con ella. Soportando el envite de tempestades, la furia de un celoso océano, que en tantas ocasiones se la quiso arrebatar y que en otras tantas les acunaba con suaves olas, tras el negro horizonte teñido de paz, cubierto de estrellas.
Ya llega al fin de su viaje y sin más remedio, tendrá que deshacerse de
jueves, 14 de agosto de 2008
Souvenir
Ayer, curioseando en un mueble, en casa de mi madre, tiré sin querer una figura de porcelana, que a su vez empujó a un plato que alguien, sin duda alguna con la mejor intención del mundo, trajo como souvenir de uno de esos lugares a los que se va de vacaciones. Yo no soy muy amiga de comprar estos regalitos y desde luego, cuando alguien me trae alguno, no puedo evitar soltarle: “Si no tenías que haberte molestado” mientras pienso “¿dónde narices pongo yo esto?”. Es algo parecido a lo que pasa con los obsequios de los bautizos, bodas y comuniones ¿Dónde los pones?
A lo que iba: El susodicho plato al caer, empujó a una virgen de Lourdes (esta la trajo mi madre personalmente) que a su vez, tiró otro plato, de porcelana blanca, ornamentado con detalles dorados ¡preciosos! y dos frases que decían: “He estado en Vigo y me acordé de ti” y debajo “Recuerdo de Galicia” y bien digo “decían” porque el plato se rompió, ha pasado a otra vida menos aburrida, supongo, que la de criar polvo en una estantería no menos aburrida. Y ya de paso…pues un trasto menos que haga daño a la vista. De momento, mi mamá no lo ha echado de menos. Creo que cuando la vista se vaya acostumbrando a ese hueco, curiosearé de nuevo. Más que nada para ir haciendo sitio en la estantería a otros platos y demás recuerdos de viajes que la gente se empeña en traer.
Es tiempo de vacaciones, de viajar y visitar otros lugares, otros países. Mi deseo es que te lo pases en grande, que disfrutes todo lo que puedas y que, por favor, no te acuerdes de mí a la hora de las compras. Prometo hacer yo lo mismo.
sábado, 19 de julio de 2008
Charcos
Para Alicia.
De pequeña, me encantaba meterme en los charcos con las botas de agua, cuanto más grande era el charco, mejor. Me situaba en el centro y quedaba embelesada mirando las ondas que dibujaba el agua alrededor de mis pies, mientras iban desplazándose cada vez más despacio hasta la orilla. Después, cuando el agua ya quedaba quieta, me concentraba en lo que veía reflejado en el charco; un cielo pintado de nubes con prisa y yo en medio, imaginándome flotar entre el cielo y el suelo, como una nubes más, o como una cometa, o una gaviota o cualquier otro pájaro pero en dirección contraria a ellas. Tiene que ser increíble poder volar libre como el viento.
sábado, 28 de junio de 2008
Ruido
lunes, 28 de abril de 2008
Resortes
martes, 22 de abril de 2008
Tú eliges, él decide
El destino, codicioso con tu vida
e implacable, te arrastra cual remolino
empujando hacia donde no quieres ir,
igual que lo hace una madre con su hijo
al entrar en clase en su segundo día de colegio
y entre pucheros se niega a dar ni un paso,
frenando con poco empeño, no por ganas,
sino por miedo a represalias.
El destino, intransigente,
a pesar de los esfuerzos por no seguirle,
se ríe de ti casi siempre
-por no decir siempre-
a carcajadas. Te obliga a seguirle,
quieras o no, por donde él te lleve.
No puedes hacer nada
por mucho que te empeñes
en plantarle cara.
Todo está escrito.
miércoles, 16 de abril de 2008
Tristezas
La tristeza es poseedora codiciosa
y opresora de algunas reflexiones.
Tal vez la resaca de lo mal hecho
sea lo que revuelva el estómago
provocando nauseas. Por inercia
o por simpatía,
sensatos aspersores de lágrimas
se ponen en marcha
y riegan la parcela de los ratos amargos
haciendo aflorar los remordimientos.
Tras el chaparrón,
viene el olor a tierra mojada;
huele bien la tierra mojada.
sábado, 12 de abril de 2008
Horas oscuras
No son horas extras que aparecen en la nómina. Tal vez porque son improductivas o porque invitan al absentismo. Quizás porque consumen el optimismo de manera paralizante, y de puntillas desvelan resentimientos.
Regalé las sonrisas iluminadoras. Tendré que salir de compras, necesito llenar la despensa de sonrisas que brillen e iluminen las horas negras.
sábado, 5 de abril de 2008
Reencarnación
Una vez tuve un amante.
Me adoraba, o eso decía.
Juró amor eterno, prometiendo
que si esta vida no nos unía,
me buscaría en una futura.
Ahora estoy aquí esperando
en mi agujero pequeño y frío.
Soy negra, peluda y tengo ocho patas.
Espero.
De vez en cuando salgo para
tejer un poco de tela y
buscar algo de comida.
Mientras,
mantengo la esperanza de que
mi "fiel" amante
no se haya reencarnado
en lagarto o elefante.